La
historia de Tamaulipas comienza, para la sociedad desarrollada, con redacción
de Américo Vespucio, quien en una de sus cartas dirigidas a Lorenzo de Medici,
se refiere al territorio como tierras de “Lariab”; palabra huasteca que
significa “señor” o “señores”, con la cual se cree los indios huastecos se
referían a los recién llegados y estos a su vez la confundieron con el nombre
del lugar.
Además de los originales habitantes de las serranías de la Huasteca, se sabe que grupos nómadas, dedicados a la caza, pesca y recolección de frutos, habitaron el territorio tamaulipeco en el norte. Y al igual que sucedió en otros estados norteños del país, el legado de su existencia es muy escaso. Al sur del Trópico de Cáncer se establecieron sedentarios grupos del altiplano mexicano, sin embargo, el origen cultural de los mismos es muy debatido. A la llegada de los españoles, toltecas, nahoas y olmecas aún residían en el actual sur del estado. El primer grupo que llegó a esta zona era comandado por el misionero franciscano Fray Andrés de Olmos, quien comenzó con la labor de evangelización de los indios.